jueves, 2 de abril de 2015

Los Mejores Años de Nuestras Vidas















Una noche, cuando era pequeño, recuerdo estar frente a la televisión y ver que anunciaban una de esas películas antiguas. El título me resultó muy cautivador: Los Mejores Años de Nuestras Vidas.
Con semejante carta de presentación y un nombre tan rotundo, pensé que no debía perdérmela. Estaba convencido que tras los títulos de crédito debía esconderse una gran historia. Y así fue.
En Los Mejores Años de Nuestras Vidas se narran las dificultades de adaptación con las que se encontraban tres veteranos de guerra, que vuelven a casa. La historia comienza con los protagonistas, tres hombres que se conocen en el viaje de vuelta y allí traban amistad. Se desean suerte cuando llega el momento en que cada uno debe separarse y retomar sus vidas. Todos confían en que sus particulares mundos, es decir, sus amigos, su familia, sus trabajos y su país, van a encontrarse en el mismo lugar en el que lo dejaron cuando partieron.
Es de esas películas que no te dejan indiferente, que las verías una y otra vez. Te quedas con un bouquet en tu mente, un recuerdo tan grato, indeleble, que días más tarde, incluso semanas tras haberla visto, todavía continúa dando vueltas en tu cabeza.
La historia de unos pobres seres insignificantes, tal y como de alguna manera somos todos, y ese título, para mí han sido una referencia en mi vida.
Muchas veces he pensado cuáles serían los mejores años de mi vida, si pasaron de forma desapercibida o son estos mismos en los que estoy escribiendo ahora.
Pienso mucho en ello. Me resisto a disfrutar de los placeres en un segundo tiempo, cuando son un recuerdo. Querría ser capaz de reconocerlos inmediatamente, disfrutar de su aroma, de su calor, de su cariño.

Cuáles han sido los mejores años de nuestras vidas, se me antoja ahora una cuestión mal planteada. Los mejores años de mi vida no han sido. Siguen siendo desde hace ya unos años. Como los veteranos de la película que vuelven a casa después de la guerra, mI vida también es de película. Porque como decía Aute: "Toda la vida es cine y los sueños, cine son..."
Los mejores años de mi vida son los que he estado con ella, porque con Lou, mis sueños son verdad.